Una central china está investigando concentraciones de gases inusualmente altas en uno de sus reactores, según anunció este lunes una de sus empresas propietarias.
El reactor 1 de la central nuclear de Taishan, ubicada en la provincia de Guandong, al norte de Hong Kong, experimentó un “aumento de la concentración de ciertos gases extraños en el circuito primario”, explicó la empresa energética francesa EDIF, que tiene una participación del 30% en la empresa matriz de la central.
“La presencia de ciertos gases extraños en el circuito primario es un fenómeno conocido, estudiado y previsto por los procedimientos de funcionamiento de los reactores”, indicó EDIF en un comunicado publicado en su página web.
Pese a ello, la compañía francesa, llamada Framatome, mostró su preocupación al observar en la central nuclear china emisiones ubicadas por encima del umbral seguro, según la normativa de su país. Sus socios chinos, sim embargo, aseguraron que no excedía sus propios límites y que, por lo tanto, no había ningún peligro.
Por eso, optaron por poner la situación a manos de Estados Unidos. A pesar de que los expertos de Departamento de Energía de dicho país ya se han a analizar la situación, insisten en llamar a la calma. Por ahora consideran que lo ocurrido no supone una amenaza, ni para los trabajadores de la central nuclear ni para los residentes de los lugares vecinas.